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Ubicada a tan sólo 22 kilómetros de San Gil, la Cascada Juan Curí es uno de los paseos más populares de la zona. Luego de sentir el calor intenso durante la caminata de Barichara a Guane, nos quedó claro que lo mejor que podíamos hacer durante nuestra estadía en San Gil era buscar un lugar para descansar cerca del agua. Así que decidimos visitar la Cascada de Juan Curí.
Para llegar hasta allá, tomamos el camino a Charalá. Pero como estaban realizando obras en la vía, nos tomó más tiempo de lo habitual. Por otro lado, la entrada a la cascada no está bien señalizada, por lo que nos la pasamos y tuvimos que devolvernos.
Finalmente llegamos a eso del mediodía. Era martes, así que no había mucha gente. Luego de pagar las entradas y el parqueadero ($7000 COP/por persona y $2000 COP, respectivamente), comenzamos a subir a la cascada.
Esta vez, yo cargué a Ayla. Aunque el sendero es de subida y hacía bastante calor, el camino es bastante fácil. Llegamos arriba en tan sólo unos 20 – 30 minutos y eramos prácticamente los únicos en el lugar.
Eso sí, llegar a la segunda parte de la cascada es un poco más complicado. Como no me sentía muy segura cargando a Ayla en las piedras mojadas, Edwin la cargó en esta parte. Habían algunas cuerdas para ayudar en la subida.
La cascada es bella y el sitio está lleno de vegetación muy verde. Había sombra y una suave brisa emanaba de la cascada. Edwin y Ayla no esperaron a meterse en el agua fría. Yo, en cambio… Sólo digamos que estoy contenta de que mi bebé no heredó mi fobia al agua fría.
Nos quedamos en la cascada durante una hora, más o menos. Hasta que decidimos buscar un sitio en el que pudiéramos descansar al sol. En nuestro hostal nos habían recomendado un paseo al río cerca de Curutí, un pequeño pueblo al norte de San Gil. Así que nos fuimos para allá a pasar el resto de la tarde.
¿Has visitado la Cascada Juan Curí? ¿Cuáles otras atracciones recomiendas cerca de San Gil? Comparte tu opinión en la sección de los comentarios!
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